domingo, 24 de octubre de 2010

El principio del comienzo

La historia de los avistamientos paranormales se remonta a la antigüedad, aunque el término "ovni" tal y como lo conocemos hoy en día es mucho más joven. . El concepto de "objeto volador no identificado" se acuñó hace poco más de doscientos años. El concepto de "objeto volador no identificado" se acuñó hace poco más de doscientos años. De esta manera, según los investigadores, los primeros avistamientos datan de 1868 en Chile. En esta fecha el periódico "El Constituyente", de la ciudad de Copiapó (Chile) se refería a un objeto extraño observado en la zona como a un volátil desconocido y, posteriormente, en ese mismo año, como a un grupo de estrellas filantes o bólidos que cruzaban el cielo. Este fenómeno se observó en repetidas ocasiones durante dicho año en la ciudad chilena, y es considerado por los ufólogos como la primera oleada extraterrestre. Es el principio de lo que se considera ovni.

Fue tanta la repercusión de la información publicada en El Constituyente que la noticia atravesó fronteras geográficas y llegó a Europa y EEUU, donde se tradujo al inglés.  


Imagen real de la noticia aparecida en el periódico chileno El Constituyente.



Texto real publicado el 18 de marzo de 1868 

Transcripción de la información publicada en El Constituyente el 18 de marzo de 1868.

“ESTE ES CUENTO. – Cuento debe ser y no caso, el que se nos refiere en la carta siguiente, que acabamos de recibir de Garín:
“Mina Fantasma, marzo 16 de 1868.
Nos apresuramos a participar a ustedes, para que lo comuniquen a sus lectores, el curioso hecho siguiente:
“Ayer, a eso de las cinco de la tarde, a tiempo que habían concluido los quehaceres del día en esta mina, y estando todos los operarios reunidos esperando su cena, vimos venir por los aire, del lado de “La Ternera”, una ave gigantezca que a primera vista tomamos por una de las nubes que en ese momento entoldaban en parte la atmósfera, suponiéndola desprendida de sus compañeras por una ráfaga casual de viento.
“A medida que el objeto en cuestión se acercaba infundiéndonos una justa sorpresa, pudimos notar que era un volátil desconocido, el Rock de las Mil y una noches talvez, o quizá un Leviatham de los desiertos. ¿De dónde venía? ¿Hacia dónde iba? Su dirección era de noreste a suroeste; su vuelo rápido y en línea recta. Cuando pasó a corta distancia sobre nuestras cabezas pudimos notar la rara estructura de su cuerpo. Sus grandes alas estaban vestidas de plumas parduscas; la cabeza del monstruo, parecida a la de la langosta y con ojos tamañamente abiertos y brillantes como ascuas, se veía cubierta de algo parecido a grueso y espeso vello, como cerda; mientras que el cuerpo, prolongándose cual el de la serpiente, sólo dejaba ver escamas brillantes, que sonaban como partículas metálicas cuando el raro animal se replegaba sobre sí mismo.
“La sorpresa se cambió en susto entre los trabajadores, a presencia de un fenómeno tan extraño. Toda la ciencia ornitológica de los buenos mineros se agotó inútilmente buscando el nombre y las cualidades del pájaro descomunal que acababa de pasar, infelizmente sin dejar huella. Algunos aseguran haber percibido un detestable olor en esos momentos, un olor parecido al del arsénico, cuando se quema.
Otros afirman que su olfato no ha sido herido de desacostumbrado modo. Los supersticiosos entienden que es el diablo mismo el que han visto pasar, a la vez que otros recuerdan haber sido testigos, en esa ciudad, hace años, de paso de un ave-monstruo semejante.
“Como el caso es en extremo curioso, hemos creído deber participárselos, ahorrándonos sobre el comentarios inútiles, pues a la verdad no podemos explicarnos satisfactoriamente lo que hemos visto por primera y quizá por última vez en nuestra vida. ¿Será por ventura que en el desierto o en las cordilleras, la naturaleza se complace en dar vida y guardar por largos años en la soledad esas creaciones deformes, que emprenden el vuelo al través del espacio cuando sus fuerzas lo permiten, sin mas objeto que el de transportarse a otras regiones donde las asalta la muerte y el suelo guarda sus esqueletos, para confusión de los sabios, que al encontrarlos creen hallar restos anti diluvianos?”


Fuentes: Wikipedia, AFLA 2006

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